desdelaindia

a veces parece que llegué ayer... y a veces se me olvida que estoy en India...

lunes, febrero 19, 2007

Como pez en el agua...

Ahora que laten dos corazones dentro de mí y que mi cuerpo desafía a la física variando la posición de su centro de gravedad a medida que el pasajero/a que llevo dentro se desarrolla, voy a quedarme quietecita y en silencio para sentir cada uno de sus movimientos hasta que decida salir a la superficie de la burbuja en la que le he visto bailotear cual pez en el agua, sacudiendo el cuerpecito y empujando la pared de su globo con las cuatro extremidades para mecerse en el líquido que lo contiene. Es un placer sentir tanta vida…

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waiting on an angel...

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martes, febrero 06, 2007

Pensamientos ajenos

"Los pensamientos son entes vivos, ondas de energía muy sutil que se desplazan por el aire a increíble distancia y gran velocidad. Y de ello es posible encontrar referencia en algunas tradiciones orientales. Por ejemplo, en el budismo tibetano. Los pensamientos ajenos ingresan en nosotros, de manera absolutamente inevitable, en cada inhalación."
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Marcela tropezó con un individuo que iba apartando sus pensamientos con el inherente gesto que conlleva tal acto. Como hacía tiempo que Marcela almacenaba los suyos sin descartar sobrantes no reconoció tal gesto y las consecuencias de la intrusión, así que su ignorancia sobre las intenciones del individuo llevaron a mi amiga a pensar en cosas que de por sí misma no se le hubieran ocurrido jamás. Descubrió su inquietud ante la situación de los jugadores del Real Madrid después de la retahíla de partidos perdidos, y se sorprendió más de una vez con la mirada perdida en el infinito meditando sobre si debía o no vender acciones que no poseía tras la subida de los valores del Ibex en la Bolsa. Incluso el reciente incremento de los precios del tabaco rubio no la dejaba dormir, a pesar de no ser ella fumadora.

Había cargado con pensamientos que no le pertenecían y comenzó a comportarse como si tales reflexiones fueran sus principales preocupaciones. Agobiada por la incertidumbre de tales inquietudes y sin encontrar respuesta a sus recientes vacilaciones recordó el tropiezo con el individuo y aquel gesto inseparable al acto de apartar pensamientos y buscó una calle tranquila para arrinconar los ajenos. Concentrándose fuertemente cubrió sus orejas con ambas manos, abrió vigorosa la boca hasta sentir la limitación de sus músculos faciales, y comenzó a descartar preocupaciones, una tras otra, sin importarle su procedencia, interrogante tras interrogante, quedando libre de todo vacilo.

Una vez hubo terminado se peinó las cejas con el dedo índice de su mano izquierda, estiró de su blusa hasta escotar aún más el cuello barca que vestía y retomó su camino contoneando las caderas al compás de su paso, habiendo recobrado ya la clarividencia que la caracterizaba.